Para
despedirse sinceramente de alguien se necesita a una persona muy
querida que se vaya a un lugar lejano. Además, se requiere que esta
persona no vuelva durante un largo período de tiempo.
Una
vez ya posee todo lo mencionado anteriormente, debe acompañar a esta
persona hasta el punto de despedida, es decir, hasta el último lugar
donde pueda verla, como es por ejemplo un aeropuerto, una estación
de trenes, de autobuses, un puerto...
No
se separe de ella ni un momento y ayúdela en todo lo posible, sin
excederse, aunque ésta no lo pida. Aproveche cada instante que pasa
con ella, pues los últimos minutos son muy valiosos. Si no tiene
nada con qué ayudarla no se quede de brazos cruzados, dedique el
poco tiempo que le queda a cogerle de la mano como signo de unión, a
acariciarla e incluso a iniciar una breve conversación deseándole
toda la suerte del mundo.
El
momento se acerca y ya es la hora de entregarle algún regalo
preparado previamente. No desperdicie su dinero comprando bombones o
flores, a no ser que tenga algún significado entre los dos, e
inviértalo en algo especial para ambos o bien use su creatividad
para hacer alguna manualidad, algo difícil de olvidar. Si desea
hacerlo más misterioso, envuélvalo en una caja de regalo y pídale
a esa persona que lo abra una vez haya llegado a su destino.
Llega
el momento final, abrácela con todas sus fuerzas y, si siente algo
más que verdadera amistad, bésela de tal manera que recuerde ese
beso para siempre. Si tiene ganas de llorar hágalo pero sin dejar de
lado una sonrisa dulce. Añada unas últimas palabras como por
ejemplo “te echaré de menos” pero nunca, nunca diga adiós.
Àngela
Cartil
1 BAT Eco-Hum
*Relat amb menció especial en la categoria BATXILLERAT en el concurs Instrucciones para... dintre de la exposició Treinta años sin Cortázar, organitzat pel Departament de Castellà amb el suport de la biblioteca
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