Coja
un vaso de agua y llénelo de agua, agua fresca, de una fuente, no de
esas botellas de plástico que se están expuestas a la gente,
perdiendo sus auténticos minerales y que están calientes por culpa
de la calefacción de los supermercados. Rectifico, en vez de coger
un vaso y llenarlo de agua envasada, vaya hacia las montañas, donde
fluye agua natural, pura y fresca.
Si
ve alguna fuente natural en las montañas, deténgase, mire el
recorrido que lleva el agua, sienta como cae el agua e imagínese que
es un riachuelo, un pequeño torrente de las montañas. Entonces,
sienta el aire puro y mire la naturaleza que le rodea. Mire el verde
de las hojas de los árboles, de las diferentes plantas, flores y
arbustos que crecen a su alrededor. Ponga las manos juntas, llévelas
debajo de donde cae el agua, sienta lo fría y natural que es, y,
entonces, lleve sus manos hacia su boca y beba. Note como el agua
entra por su boca y le recorre todo el cuerpo, le refresca su
interior, sus órganos internos, y se siente relajado, tranquilo y
entonces puede descansar, pensando en esa agua, pura y fresca.
Xavier
Martorell Miró
1 ESO A
*Relat amb menció especial en la categoria 1 ESO en el concurs Instrucciones para... dintre de la exposició Treinta años sin Cortázar, organitzat pel Departament de Castellà amb el suport de la biblioteca
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