Martes 13 de Octubre de 2004
Estaba feliz porque era el día de Hallowen, pero mi amiga no; ella se llamaba Ainara y decía que pasaría algo raro porque era el día de la mala suerte, pero yo no la creí.
Fui como siempre a verla y vi que estaba con mis otras tres amigas: Leire, Anna y Maria, y las noté muy raras, pero yo paso de estas tonterías de la mala suerte...
De repente vi a los chicos: Pau, Marc, Aleix y Didac; ellos también estaban raros, pero nos hicieron una apuesta: ir al cementerio, entrar y estar un minuto en cada tumba llamando a los muertos. Nosotras dijimos que sí, pero nadie sabía lo que iba a pasar.
Ya se estaba haciendo de noche y nos estábamos disfrazando; habíamos quedado en el colegio y, como siempre, los chicos llegaban tarde.
Por fin, cuando estábamos todos, empezamos la marcha. Fuimos caminando y en mitad del camino escuchamos unos ruidos raros como si hubieran disparado a alguien. Nos quedamos mirando un rato y seguimos caminado.
Llegamos al cementerio y estuvimos haciendo lo que nos habían dicho, pero no pasó nada. De repente se vio desde lejos el fantasma de un cazador, empezamos a correr, Ainara se cayó y no supimos nada más de ella. Después vinieron más muertos y murieron todos mis amigos. Yo conseguí escapar.
Dicen que si vas al cementerio y dices “Los muertos vivientes” tres veces te aparecerán todos los muertos más los de la última vez.
Alisson Nenger Rusa
Escola de Bítem, Bítem.
*Conte premiat en la categoria de primària en el VI Concurs de microrelats de terror 2015, organitzat per la biblioteca amb el suport dels departaments de Català, Castellà i Llengües estrangeres de l'Institut Cristòfol Despuig.
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