Había una vez unos gatos que no respetaban a los ratones, primero por su forma de ser y segundo porque eran pequeños.
Un día un ratón estaba siendo acosado por dos gatos, pero de pronto apareció un gato furioso y diciendo que dejaran en paz al ratón.
El ratón le agradeció mucho al gato que lo hubiera salvado, pero no sabía exactamente por qué lo había hecho, y el gato le dijo que los demás no le tenían respeto por ser de otra raza.
El ratón y el gato se hicieron amigos para siempre.
MORALEJA: Toda persona merece respeto sin importar su raza, ideología, creencias o nacionalidad.
Isaac Talarn
Premi de la categoria de 2n d'ESO en el concurs de microrelats en homenatge a Monterroso.
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