19 de gener del 2020

Despierto y desconcertado a las 6:66


Marckus abrió los ojos. Se percató de la hora que ponía en el reloj digital. Las 6:66, hora extraña, teniendo en cuenta su imposibilidad.

Se fue a dormir a su cama. Era un duro día de trabajo y, por desgracia, no estaba ahí su mujer para complacerlo.

Le fue muy difícil dormir, ya que, una vecina o alguien de la calle, pensó él, había empezado a dar chillidos. Eso le alarmó bastante, pero lo que de verdad le desconcertó fue que se callara tras un breve pero fuerte sonido que retumbó por todo el vecindario, seguido de otro más.

Marckus abrió los ojos. Esta vez no estaba en su casa, ni en ningún lugar conocido en verdad. Estaba en una sala de interrogatorios, con las únicas presencias de él y su sombra con dos cuernos delante suyo.

—¿Te arrepientes?— dijo su sombra.

—¿De qué?— respondió desconcertado.

—Estás aquí por mataros a tu mujer y a ti con una pistola —dijo la sombra—. ¿Te arrepientes?

Un silencio sepulcral se apoderó de la situación. Marckus cerró los ojos. No, lo volvería a hacer, si pudiera.

Marckus abrió los ojos. Se percató de la hora que ponía en el reloj digital. Las 6:66, hora extraña teniendo en cuenta su imposibilidad.


Gerard Guerrero Sorribes
Institut Cristòfol Despuig, Tortosa


*Conte premiat en la categoria de secundària en el X Concurs de microrelats de terror 2019, organitzat per la biblioteca de l'Institut Cristòfol Despuig.