Como cada tarde Marta al acabar las clases se fue directamente a la biblioteca de su pueblo. No era una biblioteca muy grande, pero había variedad de libros y la mayoría Marta ya se los leyó.
Para estar más cerca de los libros Marta decidió ayudar a la Señora Jimena con todos los asuntos de la biblioteca: ordenar libros, llevar la lista de los libros prestados, ayudar a elegir libros… Y en agradecimiento la Señora Jimena le pagaba permitiéndole llevarse libros a casa.
Volvemos a nuestra historia, como os contaba Marta estaba loca por los libros. Así que un día, cuando ella estaba sola en la tienda y los clientes no era muchos... De repente oyó un ruido muy raro que venía del sótano. Ella ya sabía que no se le permitía entrar en el sótano así que ignoro el ruido, pero entonces volvió a oírlo esta vez más fuerte. Y ya sabéis lo que hace la curiosidad con la gente. Así que espero a que se fuera el último cliente, cerró la tienda y fue a ver lo que pasaba ahí abajo.
Abrió la puerta y una inmensa oscuridad se escampo por toda la tienda. Ilumino su camino y no podía decirse que no tenía miedo, porque estaba temblando. Después de pasar tanto miedo, resulto que ese ruido era de un libro antiguo que se había caído. ¡De repente la puerta se cerró! Ella desesperada estuvo un buen rato intentando abrirla, pero no había manera. Hacía mucho frío allí abajo y entonces Marta se derrumbó. Cuando sus esperanzas estaban por el suelo y sus ojos llenos de lágrimas, el libro del suelo se abrió por si solo.
Y de dentro del libro empezó a salir humo, entonces se le apareció su abuela que ya hacía 4 años que estaba muerta. Lo que le dijo fue que empezara a leer el libro y puede que así encontrara la forma de salir del sótano y vivir una gran aventura. Marta se lo pensó unos momentos y entonces cogió el libro y se puso a leer. Esa historia cautivo su atención, por eso se concentró tanto en ese libro que todo lo que leía se lo podía imaginar.
Al leerse la mitad del libro el suelo y las paredes empezaron a moverse, las estantería con los demás libros caían al suelo. Todas las letras de su libro se fueron volando y formaron un circulo, entonces la pobre chica se vio envuelta en ese huracán de letras. ¿ Que le paso a Marta? Pues se despertó en medio de la nada, confusa y asustada cogió el libro y empezó a caminar. Sus piernas andaban pero ella no sabía a donde iban. Es como si de pronto conociera ese lugar de toda la vida. Recordó las frases de su abuela, ese libro será tu guía para encontrar respuestas a tus dudas.
Mientras paseaba por ese maravilloso campo de un verde esmeralda, se dio cuenta de que ya no llevaba la misma ropa, sino que su ropa fue reemplazada por un vestido del siglo XIII. Por muy raro que fuera, le resultaba familiar ese vestido. Era un vestido precioso y además le quedaba muy bien. También cambio su peinado, de una cola paso a un recogido de los que solo llevaban las princesas hace siglos. Aun así siguió caminando y de pronto empezó a oír sonidos extraños y a ver imágenes de un castillo como el que vio en el libro. Andaba y andaba hasta que llego a un lago y pensó que era el sitio idóneo para investigar y leer un trocito más de su libro. Mientras leía se dio cuenta de que alguien estaba cantando, intento seguir la música hasta que vio a una chica de su misma edad que se parecía a su abuela.
Ella abrió su libro por la página donde explicaba cómo eran los habitantes que vivían en el palacio que ella vio. Esa chica era la princesa, y por lo que parecía era su tatatatarabuela y por eso le recordaba tanto a su querida abuelita. Entonces pensó un plan para hablar con lady Elizabeth, la princesa. Le cogió la ropa que estaba en la orilla y cuando Elizabeth empezó a gritar, Marta hizo ver que pillo al ladrón que le robo la ropa, así llevándose todo el mérito. Elizabeth estaba muy agradecida así que decidió hacerle un regalo que tenía en el palacio. Y mientras iban al palacio, aprovechaban para hablar y conocerse. Marta escucho la historia de Elizabeth, pero cuando le llegó el turno a ella no sabía que inventarse para que la princesa la creyera.
Cuando las ideas de Marta eran pocas, pensó una idea que tuvo bastante éxito. Mientras hablaban y les quedaban unos 2 km hasta el palacio Marta se desmayó. Elizabeth al no saber qué hacer llamó a los guardias que estaban a las puertas del palacio. Ellos vinieron lo más rápido que pudieron, y uno de los guardias la puso encima del caballo y se fueron al palacio. Al parecer cuando Marta se desmayó estaba tan cansada que se durmió profundamente. Tuvo sueños muy raros y la mayoría eran imágenes que pasaban por delante suyo a gran velocidad. Cuando quiso tocar una de las imágenes, de repente las fotografías se pararon y de detrás se le aparicio su abuela. Aunque era un sueño todo le parecía tan real a la pobre chica, entonces su abuela le dijo que siempre estaría en contacto y que no se preocupara porque a la mujer también le paso algo parecido. También le comento que en el libro encontraría a una persona especial que la ayudaría con los problemas, le dijo que estuviera preparada porque la aventura acababa de empezar.
Sin ninguna intención y sin darse cuenta la chica encontró a su príncipe. Se enamoró del caballero que la llevo en su caballo hasta el castillo. Pero ella quiso conocerle mejor antes de decirle lo que sentía . Marta siempre le observaba y cada vez que lo miraba se enamoraba aún más. Un día de su estancia en aquella época cuando paseaba por lo inmensos jardines del palacio, se encontró con ese increíble caballero. Ella intentó evitarle porque estaba confusa pero él la encontró y empezaron a hablar. Él le contó que sabía quién era ella y que conoció a su abuela.
A los pocos días lady Elizabeth descubrió que tenía la peste negra. Todos estaban en cuarentena, porque nadie no quería tener la misma enfermedad. El rey contrato cientos de médicos pero nadie no tenía la cura para la peste negra. La muchacha estaba cada vez peor, el rey ya no sabía que podía hacer para que su hija estuviera mejor. Marta se sentía muy feliz porque el caballero también sentía algo semejante por ella. Pero también muy triste porque quería ayudar a la princesa pero no sabía como.
Se pasaba la mayoría de días en la biblioteca de libros de enfermedades, pero ningún libro no contenía la cura para la peste. Marta estaba perdida ya no sabía dónde buscar, que hacer como ayudar a esa indefensa muchacha. Entonces recordó que también tenía su libro que hablaba de toda la historia, de hechos, guerras…así que rápidamente busco su libro. Allí encontró todo lo que necesitaba para curar a Elizabeth. Vio una receta que consistía en una mezcla de muchas plantas curativas. Pero el problema era que eran plantas muy difíciles de encontrar. En el libro decían que se cultivaban en los bosques más profundos y que jamás nadie pudo encontrarlos.
Así que con la ayuda del caballero, fueron a buscar esas plantas. Cada planta tenía un guardiana si que después de conseguir la primera flor la adrenalina consumió el cuerpo de marta i las demás plantas eran pan comido de conseguir. Al tener todos los ingredientes a su mando volvieron al palacio. Prepararon la bebida curativa y se la dieron a la princesa. Después de unas horas la muchacha ya estaba del todo curada. Todos le dieron las gracias y prepararon un banquete en su honor, pero en ese momento Marta tenía la necesidad de ir a ese escampado.
Al llegar allí se dio cuenta de que el caballero la siguió dijo que nadie no se daría cuenta de su desaparición porque todos estaban en la celebración. De repente el gran huracán volvió a aparecer y antes de arrepentirse Marta besó al caballero. Y después fue envuelta entre ese diabólico torbellino de aire.
Marta se despertó en el sótano de la biblioteca, y a su lado estaba el caballero (el nieto de la señora Jimena). Dijo que oyó como alguien gritaba del sótano cuando vino a ver a su abuela. Como tenían la misma edad y la jornada De la chica se había acabado Edgar invito a Marta a un batido.
Y FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES!!!!
Olívia Stoicev
Aquest conte va rebre el primer premi en el Concurs de contes breus 2012 de l'Institut Cristòfol Despuig en la categoria de 1r d'ESO.