17 de desembre del 2014

Réquiem escarlata



Es la fiesta del príncipe. Muchas mujeres han venido a verle. Quizás, por casualidad, el futuro monarca se fije en ellas. Guardias y hombres yacen en el suelo por haber bebido demasiado. O quizá, porque alguien les haya echado algo en la copa. El príncipe, en sus rizos dorados, destila… Pues no lo sé. Pero algo habrá, porque hay unas quince mujeres persiguiéndole por el elegante salón de baile.

Se apaga la luz. Los músicos paran. Se enciende la luz. El príncipe está tirado por el suelo de cualquier forma. Esa unión de vestidos de colores grita sin separarse de esa cosa repugnante y sin vida en que se ha convertido su preciado hombre de gran belleza y riquezas. Se apaga la luz. Esta vez, los músicos intentan seguir tocando para que no cunda el pánico. Se enciende la luz. Un vestido turquesa teñido de rubí. Se apaga. Se enciende. Varios vestidos verdes empiezan a coger un tono carmín. Se apaga. Se enciende. Los blancos y rosa pálidos se vuelven escarlata. Se apaga. Se enciende.

El despampanante Gran Salón aparece gigantesco ante mis ojos cuando ya no queda nadie en pie, y los vestidos de colores se desparraman por el suelo expulsando líquidos oscuros. Los músicos me miran, sin saber si sentir miedo, pánico o terror. Pero con mi mirada, entienden que el baile finalizará cuando yo lo diga. Salgo ondeando mi vestido rojo fuego. Pensando que quizá no lo haya hecho bien. ¿Qué va a ser de mí? Debería haberme deshecho de los músicos también.


Míriam Cano.
Institut Sòl-de-Riu, d'Alcanar.


*Conte premiat en la categoria secundària en el V Concurs de microrelats de terror 2014, organitzat per la biblioteca amb el suport dels departaments de Català, Castellà i Llengües estrangeres de l'Institut Cristòfol Despuig.