16 de gener del 2021

¡¡¡Triscaidecafobia o no!!!


Hola a todos. Me llamo Lola Martínez y tengo trece años. Sí, trece, ¡el peor número de la historia mundial! Padezco triscaidecafobia desde que nací. Si os preguntáis qué es, es fobia al número trece. Mi hermano se ríe porque tengo fobia al número trece y no me hace nada de gracia.

Hoy, precisamente, es día 13 de noviembre. ¡Oh no! Todos los años el día 13 de noviembre me quedo en casa por miedo a lo que pueda pasar, pero este año va a ser diferente. Lola Martínez va a salir de casa.

Me vais a decir que estoy loca pero... ¡he visto un fantasma! Bueno, mejor un fantasmita. Es así: de estatura muy muy pequeña, con un sombrero puntiagudo y con una pala en la mano. Podemos decir que es un gnomo de jardín, cosa que me da un poco de “yuyu”. Qué bien. Todas mis peores pesadillas están presentes. ¡Maldito trece! ¡Lo odio!

Ahora estoy en clase de castellano y —que quede entre nosotros— ¡el profe es un zombi! Sí, leí su diario secreto, pero no nos desviemos del tema. El gnomo no deja de seguirme, aunque... Esperad. Acaba de dejar una nota entre los libros. En la nota ha escrito:

A las 13:13 tengo que estar en la calle Morgue n.º 13.

Vaya manía con el trece. Yo pienso ir, pero el problema es que la calle Morgue termina en el n.º 12. Solo hay una opción. ¿Recordáis que os hablé del profesor zombi? Ir a decirle que sé que es un zombi y preguntarle por la calle Morgue n.º 13 es algo raro para los monstruos; sin embargo, el problema es que si le digo que sé que es un zombi, puede que él tenga miedo de que se lo cuente al director, lo despida y me coma el cerebro, pero dudo que lo haga.

Os cuento lo ocurrido. Primera y buena noticia: no me ha comido el cerebro. Le he contado lo sucedido y, ¿adivinad qué? En la calle Morgue hay como una especie de túnel secreto y detrás está la dichosa casa n.º 13. Para entrar tengo que dar este código secreto: El gato plateado se reúne en un viaje a China. Sería agradable cuando el azul y el amarillo se encuentren en el oeste. Pues... ¡vaya código más complicado, ¿no?

Son las 13:13 y ya estoy dentro de la casa. ¡Es una pasada! Resulta que el gnomo se llama Wam y no es un gnomo malo. Resulta que todo este lío solo se ha ocasionado porque querían darme un colgante, como una gema protectora o algo así. ¡Qué monos!

Ahora mismo lo llevo puesto en mi cuello y nunca me lo voy a quitar, porque, sino todos los días trece me van a ocurrir cosas tan raras como esta. Yo, como siempre en el calendario, escribiré 12+1.

Moraleja: A veces tus peores pesadillas no son lo que parecen.


Júlia Segarra Royo
Institut Cristòfol Despuig, Tortosa


*Conte premiat en la categoria de secundària en el XI Concurs de microrelats de terror 2020, organitzat per la biblioteca de l'Institut Cristòfol Despuig.