Rellotge de braços caiguts
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Entro en una joieria i darrere del taulell veig una lleixa plena de
rellotges. Seguint els cànons del màrqueting, totes les busques marquen les
deu i ...
27 d’abril del 2011
El mérito es tuyo
El mérito es tuyo. Todavía recuerdo estas palabras de mi madre que siempre me decía cuando entrenaba. Vivía con mi madre en un pueblo de Alemania. Hace años que murió mi padre en la primera guerra mundial, era un buen jugador de hockey. Antes de su muerte, le vi muchas veces jugando a hockey con sus amigos. Por eso, sabía todas las reglas de hockey. Él, tenía un sueño de hacer un equipo y jugar a nivel internacional pero no lo pudo hacer por la guerra. Este sueño que tenía él, pasó a ser el mío. Pero esto no era fácil de conseguir para una chica de quince años en aquella época. Es verdad que la sociedad estaba cambiando pero, en un pueblo, todavía la gente pensaba que una mujer sólo sirve para cuidar los hijos, limpiar la casa, preparar la comida, etc.
Lo primero que tenía que hacer era busca la gente para hacer un equipo. Pregunté a muchas chicas y a sus padres y me dijeron que no tenían ningún interés en este deporte. Nadie quería formar parte de mi equipo. Estaba un poco triste pero no paré de entrenar. Y ahora en lugar de jugar en la casa, empecé a ir al estadio. Mucha gente se reía de mí, algunos me miraban con mala cara e incluso algunos con mala intención.
Un día, por la mañana, fui al estadio y vi que un grupo de chicas me esperaba ante de la puerta del estadio. Una de ellas me dijo que querían jugar conmigo. Estaba tan contenta que abracé a aquella chica. El mismo día, empezamos a practicar. Nos faltaba el material pero mi madre lo compró en pocos días.
En las primeras semanas sus padres no sabían que sus hijas jugaban conmigo. Pero la realidad no se puede esconder nunca. Un día supieron toda la verdad y se enfadaron mucho. Encerraron sus hijas en la casa y no las dejaban salir. Mi madre habló con ellos pero no sirvió para nada. Poco tiempo después, dejaron sus hijas, quizás ya sabían, realmente, queríamos jugar. Ahora ya podíamos practicar todas las días, a cualquier hora y la gente del pueblo también nos apoyaba. Así pasaron tres años.
Todavía me faltaba algo, mi sueño no se había cumplido. Yo además de hacer el equipo quería jugar a nivel internacional. Pero algo que nunca pensé era que cuál será el nuestro equipo contrario si no hay ningún equipo más de hockey de las chicas.
En aquella época, Internacional Hockey Cup era la copa más famosa del hockey y nuestro equipo la quería conseguir. Por eso, tuvimos que ir a Inglaterra. Como no había ningún equipo de las chicas, pedimos permiso para jugar contra un equipo de chicos.
En principio, la mayoría de la gente pensaba que esto era muy difícil para las chicas pero mi madre y jo estábamos seguras de que no podíamos perder.
Llegó el día que esperábamos todos desde hacía mucho tiempo. El partido tuvo mucho éxito. Vino muchísima gente y finalmente mi sueño se cumplió, ganamos el partido. Estaba con mi equipo el centro del campo y me sonaban las palabras de mi madre: El mérito es tuyo...
Kirnjeet Kaur
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